Las sirenas existen. Nos encanta creer en mitos, leyendas, rumores.
Lo efímero nos encanta, pensar que no somos únicos.
Desde tiempos mitológicos se creía en ellas, seres bellos y embaucadores que con sus cantos te arrastraban al fondo del mar.
Hoy es solo eso, un recuerdo de algo que nos contaron alguna vez.